-¿Qué es un regalo?- esta frase me dio mucho que pensar anoche.
Por triste que pueda parecer y por mucho que me cueste admitirlo, me considero, y más que considerarme es una realidad, una persona materialista, puede parecer duro o una simple gilipollez, el caso es que anoche mi madre me pregunto:
-¿Qué es un regalo Sofía?- y yo con todo mi egoísmo y cara dura del mundo, le conteste:
-Un objeto de valor para una persona especial en muestra del cariño a esa persona-.
Leo esto y solo me produce risa, mucha risa, como pude contestar eso, como puedo valorar tan poco los pequeños detalles que me regala la vida día a día, esos si que son regalos.
Un regalo es poder levantarte cada mañana y andar, poder oler, oir, ver, o simplemente sentir, sentir como se te ponen los pelos de punta por el frio, o por escuchar un canción que te guste mucho, sentir como te cogen de la mano o como te dan un abrazo.
Un regalo es que te quieran y que tu quieras, que te respeten y que tu respetes, que te cuiden, valoren, aprecien, todo esos son regalos y no los valoramos porque lo vemos algo tan normal, pero, ¿normal? ¿porque? Acaso crees que te mereces todo ese cariño que te dan a cambio de nada, a cambio de exigir, de malas contestaciones, de insultos, enserio eres tan egoísta que crees que te mereces el simple hecho de un -Buenos días.
Osea, nos dan todo, por empezar la vida, y venimos nosotros, unos mierdas sin valores y empezamos a exigir, y no solo exigir, sino que vemos el sacrificio y esfuerzo que hacen para poder satisfacer nuestros caprichos y nuestra única respuesta es -que nos parece poco-. ¿Hola? ¿Poco? Mírate, que cojones has hecho tu para merecer ese pantalón o la misma blusa que llevas puesta, que mierda has hecho para merecer el plato que te ponen encima de la mesa todos los día, y aun así ¿te parece poco?
Pena, todo esto lo único que me da es pena, mucha pena, pena de mi por no saber valorar lo que es un regalo, por no saber el significado de regalo, pena de cualquiera que no aprecie lo que es el simple beso en la mejilla de tu madre o de tu padre, pena de haber exigido hasta la saciedad, más te daban, más querías, sin pararte a pensar por un momento todo el esfuerzo y sacrificio que eso estaba causando.
Pena, simplemente es lo que siento al escribir esto, y no es tarde, todavía estamos a tiempo de cambiar y empezar a valorar, nunca es tarde, tenemos toda la vida para cambiar, 24 horas al día, 7 días a la semana, 4 semanas y media al mes, 12 meses y muchos años.
Pero bueno, para que nos vamos a engañar, esto me dura un rato o como mucho unas horas, ojala no fuera así y está vez fuese diferente, pero si nada cambia, luego, en un rato, volveré a pedir mi bolso de Bimba y Lola.
¡Que paséis buen fin de semana!
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